La firma electrónica, también conocida como e.firma, es un conjunto de datos que identifican al emisor de un documento electrónico y garantizan su autenticidad, integridad y no repudio. La e.firma tiene la misma validez jurídica que la firma autógrafa y puede utilizarse para realizar diversos trámites ante el Servicio de Administración Tributaria (SAT) y otras dependencias¹.
La e.firma tiene una vigencia de cuatro años, por lo que es necesario renovarla antes de que expire o cuando se pierda la contraseña o la llave privada. El proceso de renovación depende de si la e.firma está vigente o no. Si está vigente, se puede renovar en línea mediante el programa Certifica², que genera un archivo de requerimiento de renovación (*.ren) que se envía al SAT a través de la aplicación CertiSAT Web³. Una vez enviado el archivo, se puede descargar el nuevo certificado de e.firma (*.cer) e imprimir el acuse de recibo.
Si la e.firma no está vigente, fue revocada o se perdió la contraseña o la llave privada, se debe acudir de manera personal a cualquier oficina del SAT con una identificación oficial, un correo electrónico y una unidad de memoria extraíble (USB). El personal del SAT verificará la identidad del solicitante y generará el nuevo certificado de e.firma, que se entregará en el USB. En el caso de las personas morales, también se debe presentar el acta constitutiva y el instrumento notarial que acredite la representación legal⁴.
La renovación de la e.firma es un trámite gratuito y obligatorio para mantener la validez de este medio de identificación electrónica. La e.firma facilita el cumplimiento de las obligaciones fiscales y permite acceder a diversos servicios en línea del SAT y otras instituciones. Por ello, se recomienda renovarla con anticipación y resguardar los archivos y la contraseña de forma segura.