El daño a la salud por quema de cohetes en Toluca

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La quema de cohetes o fuegos pirotécnicos es una tradición muy arraigada en México, sobre todo en las fiestas decembrinas. Sin embargo, esta práctica tiene graves consecuencias para la salud y el medio ambiente, tanto de las personas que los manipulan como de la población en general.

Los riesgos de la pirotecnia

Los cohetes están compuestos por diversos elementos químicos que al explotar generan contaminación atmosférica, sonora y lumínica. Entre estos elementos se encuentran el perclorato, que sirve como oxidante para que los cohetes se eleven al aire, y los metales pesados, que dan los diferentes colores al estallar, como el cobre, el litio, el estroncio o el bario¹.

Estos contaminantes se quedan suspendidos en el aire y son inhalados por las personas, provocando problemas respiratorios, alergias, irritación de ojos y garganta, asma, bronquitis, neumonía e incluso envenenamiento². Además, pueden afectar a otros órganos como el hígado, los riñones, el cerebro y el corazón³.

Por otro lado, el ruido que producen los cohetes puede superar los 80 decibelios, que es el límite máximo tolerable para el oído humano. Esto puede causar daños auditivos, como pérdida de audición, zumbidos, vértigos, dolor de oídos y sordera⁴. También puede generar estrés, ansiedad, insomnio, irritabilidad y alteraciones del sueño⁵.

Asimismo, la pirotecnia representa un riesgo de incendios, explosiones y quemaduras, que pueden ocasionar lesiones leves, graves o mortales. Por ejemplo, el pasado 18 de septiembre, se registró la explosión de un domicilio donde presuntamente se elaboraba material pirotécnico en la delegación de San Cristóbal Huichochitlán, en Toluca, dejando tres personas lesionadas, una de ellas con quemaduras de segundo y tercer grado en el 65% de su cuerpo.

La contingencia ambiental

La quema de cohetes también contribuye al deterioro de la calidad del aire, que ya se encuentra afectada por otros factores como el tráfico vehicular, la industria, la quema de basura y la deforestación. Esto genera una mayor concentración de partículas finas (PM2.5) y ozono (O3), que son los principales contaminantes atmosféricos y los más dañinos para la salud.

De acuerdo con la Comisión Ambiental de la Megalópolis (CAMe), el pasado 25 de diciembre se activó la contingencia ambiental por PM2.5 en los municipios de Toluca y Santiago Tianguistenco, en el Estado de México, debido a que se detectaron valores máximos de 134 y 109 microgramos por metro cúbico, respectivamente. Estos niveles superan el límite establecido por la Norma Oficial Mexicana (NOM), que es de 45 microgramos por metro cúbico.

La contingencia ambiental implica la restricción de actividades al aire libre, la suspensión de fuentes fijas de emisión, la reducción de la circulación vehicular y la recomendación de evitar el uso de pirotecnia. Sin embargo, estas medidas no son suficientes para revertir el problema, sino que se requiere de una mayor conciencia y responsabilidad de la ciudadanía y de las autoridades.

Las alternativas a la pirotecnia

Ante este panorama, es necesario buscar alternativas a la pirotecnia que sean más amigables con el medio ambiente y la salud. Algunas opciones son:

  • Usar luces LED, velas, linternas o globos de cantoya para iluminar el cielo de forma segura y ecológica.
  • Disfrutar de espectáculos de música, danza, teatro o circo que ofrezcan entretenimiento y cultura sin contaminar ni hacer ruido.
  • Participar en actividades lúdicas, deportivas, artísticas o educativas que fomenten la convivencia familiar y social sin recurrir a la violencia ni al desperdicio.
  • Apoyar a las comunidades indígenas que elaboran artesanías con papel de china, carrizo, caña o madera, que representan la cultura y la tradición mexicana sin dañar el ambiente.
  • Denunciar la venta ilegal de pirotecnia y exigir a las autoridades que regulen y supervisen su uso y manejo.

La quema de cohetes no es una forma de celebrar, sino de contaminar y poner en riesgo la vida propia y ajena. Por eso, es importante tomar conciencia de los efectos negativos que tiene esta práctica y optar por otras formas de expresar la alegría y el espíritu festivo. Así, podremos contribuir a mejorar la calidad del aire, la salud y el bienestar de todos.


Andrea
Autor: Andrea

Amante de la vida, viajar, politóloga ciudadana, desarrolladora web, diseño grafico, mkt digital y más

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