El presidente Donald Trump ha intensificado sus esfuerzos para que las armadoras de autos en México trasladen su producción a Estados Unidos. El 4 de marzo de 2025, implementó aranceles del 25% a productos provenientes de México y Canadá, con una prórroga de un mes para el sector automotriz. Durante este período, Trump sostuvo conversaciones con líderes de Ford, General Motors y Stellantis, instándolos a trasladar sus operaciones a territorio estadounidense.
En respuesta, empresarios mexicanos, incluidos Carlos Slim y Alfredo Harp Helú, se reunieron con la presidenta Claudia Sheinbaum para abordar estrategias que mitiguen el impacto de estos aranceles sin afectar sectores clave como el automotriz, electrónico y metal-mecánico. Además, solicitaron inversiones en infraestructura y seguridad. Sheinbaum anunciará su estrategia el próximo domingo en un evento público en el Zócalo, prometiendo «medidas arancelarias y no arancelarias».
La industria automotriz mexicana exporta alrededor del 80% de su producción a Estados Unidos, siendo modelos como el Equinox EV de GM, Tacoma de Toyota y Sentra de Nissan los más destacados. La imposición de aranceles podría encarecer estos vehículos en el mercado estadounidense, afectando tanto a consumidores como a fabricantes.
Trump también ha expresado su intención de imponer aranceles elevados a fabricantes de automóviles chinos que establezcan plantas en México con el objetivo de exportar a Estados Unidos, buscando evitar que se aprovechen de los beneficios del T-MEC.
Estas acciones forman parte de una estrategia más amplia de Trump para reducir la dependencia de importaciones y fomentar la producción nacional, lo que podría tener implicaciones significativas para la economía y las relaciones comerciales de Estados Unidos con sus socios.
Autor: Andrea
Amante de la vida, viajar, politóloga ciudadana, desarrolladora web, diseño grafico, mkt digital y más